Es muy normal que cuando te pones al volante por primera vez, la experiencia no sea la que te esperabas. Aunque haya algunas personas que posean unas condiciones innatas para la conducción, en la mayoría de casos, lo más normal es que tus primeras prácticas de conducir sean un completo desastre. El consejo fundamental es no desanimarse y sobre todo, no cogerle miedo. Sentir que formas parte de esa minoría que no está hecha para coger un coche es una sensación muy habitual para cualquier novel. Créenos, si eso fuera cierto, las autovías estarían vacías y nunca habría un atasco en la carretera. Lo único cierto es que formas parte de esa inmensa mayoría que comete fallos en sus primeras clases de conducción.
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Los fallos más comunes en tus primeras prácticas de conducir
Como te hemos dicho arriba, no te preocupes, y sobre todo, no sobredimensiones un problema que no existe. Si cometes cualquiera de estos errores de conducción en tus primeras prácticas de carnet de coche, mantén la calma, sigue los consejos e instrucciones de tu profesor y muy pronto verás cómo mejoras y tu confianza al volante crece. Recuerda: todos (o casi todos) hemos pasado por ahí.
Señalizar mal las maniobras
Hasta que automatizas el proceso, algo muy habitual en tus primeras prácticas de conducir es llevarte rematadamente mal con el intermitente. Ya sea para cambiar de carril, para cambiar el sentido de la marcha o para estacionar a un lado de la calzada, indicar cualquier maniobra es obligatorio para no causar ningún problema en la circulación. Pero por muy importante que sea y por muchas veces que te lo diga tu instructor, es muy normal olvidarse de hacerlo.
Pero la falta de memoria no siempre es el principal problema para los novatos al volante. En muchos casos, el alumno sí recuerda señalizar la maniobra, pero comete el fallo de confundir el lado al que debe indicar. Este hecho crea una situación casi cómica para el resto de conductores que comparten vía en ese momento, y que seguramente no puedan evitar recordar sus torpes inicios cuando ven un coche de autoescuela haciendo de las suyas.
Volantazos bruscos
Nada acelera más el corazón de un profesor de autoescuela que los típicos volantazos bruscos e inesperados que cualquier novel da en sus primeras clases prácticas de conducir. No estar acostumbrado a manejar un coche conlleva que las primeras maniobras sean algo violentas, hacerse a la conducción, al volante, a la carretera… es un proceso que lleva su tiempo, pero no te preocupes, será menos que el que imaginas.
Uno de los fallos más comunes por parte de los novatos es poner demasiado esmero en mantener la dirección correcta por la vía. Lo que acaba convirtiéndose en un hábito totalmente automático, causa algunos estragos al principio con volantazos sin sentido que se dan sobre todo en curvas y cambios de carril. Es un error muy común en las primeras lecciones que se deja atrás al cabo de unas pocas prácticas de conducir, así que lo único por lo que tendrás que preocuparte es por no pegar un susto de más a tu instructor.
No ver las señales
Por muy visibles que sean, y aunque las hicieran 100 veces más grandes, casi ningún alumno es capaz de tener ojos para las señales. Por muy bien que te aprendieras el significado de los stops, los cedas y del resto de carteles de tráfico, estos serán invisibles en tus primeras clases de conducción.
La falta de seguridad al volante provoca que el aprendiz esté demasiado pendiente de no salirse de la carretera y no de su entorno, por lo que fijarse en las señales acaba siendo prácticamente misión imposible en las lecciones iniciales, lo que casi siempre acaba derivando en cómicos y bruscos frenazos, la pesadilla de todo profesor.
Los retrovisores, un adorno
Uno de los elementos más importantes en cualquier vehículo es el retrovisor. Estos espejos son una prolongación de tus ojos que te hacen ver prácticamente el 100% de todo lo que te rodea durante la conducción, y que durante las primeras prácticas de carnet de coche, son un objeto de decoración para casi cualquier alumno.
Como hemos dicho más arriba, uno de los hábitos más comunes en los futuros conductores es poner demasiada atención en lo que tienen frente a ellos y no estar pendientes de su entorno. Por ello, uno de los hábitos que más cuesta corregir es el hecho de mirar por el retrovisor antes de ejecutar cualquier maniobra. Cuando comienzas tus prácticas de conducir, este es uno de los fallos más comunes y también, el que más días conlleva rectificar, pero no pierdas la fe ni te desanimes, que más pronto de lo que crees, tendrás al fin la deseada L.