Uno de los temas más recurridos en las campañas de la DGT sobre concienciación en la carretera es el consumo de alcohol y drogas. Y no es para menos, pues estos causan auténticos desastres de los que uno siempre se arrepiente después. Veamos cuáles son los riesgos de conducir bajo los efectos del alcohol.
Efectos del alcohol para conducir
No es un secreto que conducir bajo los efectos del alcohol es un peligro, pero pocos saben hasta qué punto.
Así, el alcohol está implicado en los accidentes mortales en un 40%. Otras cifras alarmantes sobre los accidentes y el alcohol son un 29% de conductores muertos en carretera con presencia de alcohol en sangre y un 21% en el caso de los peatones.
Pero ¿por qué? ¿Cómo nos afecta el alcohol?
- Lo primero que apreciamos es que el comportamiento se ve modificado, aumentando la seguridad en uno mismo.
- Esto deriva en que, al no ser una confianza real, incrementan las infracciones al volante.
- Las funciones sensoriales se alteran y deterioran.
- La atención se ve gravemente alterada.
- Se producen alteraciones y trastornos psicomotrices.
- Los niveles de alteración y alerta cambian.
- Aparece un cansancio repentino con una merma aún más acusada de las capacidades.
- El tiempo de reacción disminuye considerablemente.
Obviamente, estas alteraciones hacen que nuestra capacidad de conducción se vea mermada y que los riesgos de conducir bajo los efectos del alcohol aumenten considerablemente y, con ello, los accidentes.
Tener un accidente puede provocar, además, un gran miedo a conducir, que hará que te cueste muchísimo volver a ponerte al volante, algo que es posible que no te puedas permitir, pues a veces conducir es necesario para ir al trabajo, a la compra, llevar a los peques al cole, realizar gestiones, etc.
Sanciones por conducir bajo los efectos del alcohol
Por supuesto, conducir bajo los efectos del alcohol tiene premio, y no positivo precisamente.
El Reglamento General de Circulación nos dice que la tasa de alcohol en sangre superior a 0.5 gramos por litro es sancionable, siendo de 0.3 en el caso de conductores profesionales y nóveles. Las cantidades serán de 0.25 y 0.15 si hablamos de aire espirado. A partir de estas cifras se ponen multas de cantidad variable, se quitan puntos del carnet de conducir e incluso se puede llegar a lo penal.
Si das positivo en el alcoholímetro con una tasa de entre 0.25 y 0.5 en aire espirado pierdes cuatro puntos y la multa es de 500 euros, que se multiplican si eres reincidente en un año.
Entre 0.51 y 0.59 la multa se duplica y los puntos que pierdes pasan a ser seis.
A partir de 0.6 la infracción pasa a ser delito penal, se retira el carnet de conducir entre uno y cuatro años, se plantean entre tres y seis meses de prisión o se imponen entre 31 y 90 días de trabajos sociales.
Los riesgos de conducir bajo los efectos del alcohol son gravísimos y se llevan cada año muchas vidas. Recuerda, ¡si bebes no conduzcas!
