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¡Me apunto ya!

Conducir un coche es una de las necesidades modernas que más han caracterizado a la era contemporánea. La necesidad de trasladarnos de forma constante es lo que catapultó la estandarización de los vehículos que nos mueven en nuestro día a día. Al principio, los coches comerciales utilizaban en su totalidad un sistema de cambios sincrónico que ha sido sustituido gradualmente por el sistema intuitivo de un coche automático. Es cierto que conducir un coche con caja automática es mucho más sencillo que conducir uno de transmisión manual, pero esto no quiere decir que debamos tomarnos esta actividad a la ligera.

No sólo basta con saber conducir coche automático y desplazarlo de un punto A a un punto B, también es necesario saber cuándo usar las luces de emergencia, cómo configurar los retrovisores antes de poner en marcha el vehículo y todas las normas de tráfico vigentes en España. La mejor forma de adquirir todos estos conocimientos es contando con la ayuda de profesionales capacitados en una autoescuela de calidad, como la nuestra. Independientemente de esto, hoy te vamos a dar una serie de consejos para conducir adecuadamente tu coche cambio automático. ¡No te los pierdas!

Imagen de pedales de un coche automático.

En un coche automático, el embrague es cosa del pasado

Para muchas personas, el proceso de aprendizaje para conducir un vehículo con transmisión manual era extremadamente tedioso por la gran cantidad de factores que hay que tener en cuenta. Para accionar los engranajes de la caja, el conductor debe sincronizar perfectamente los cambios de velocidades haciendo uso del embrague y la palanca de cambios. Las cajas automáticas siguen usando engranajes, pero ahora los cambios de marcha son realizados automáticamente por el mecanismo del vehículo.

Este sistema proporciona mucha más libertad y facilidad a la hora de conducir, pues el conductor contará únicamente con el acelerador y el freno, nada más. Un consejo bastante popularizado es usar un solo pie para manipular ambos pedales. Esto sucede porque en cualquier coche automático, la caja mecánica se daña si se presiona el acelerador y el freno al mismo tiempo. Asegurar la integridad del mecanismo del vehículo te permitirá disfrutar de tu coche durante mucho más tiempo.

Imagen de la palanca de un coche automático.

La palanca en un coche automático, tu nuevo aliado

Si estás acostumbrado a conducir coches sincrónicos, la principal diferencia que notarás al hacer la transición a un automóvil automático es su (excesivamente) sencilla palanca de cambios. La palanca de transmisión sincrónica se divide, usualmente, en 5 o 6 velocidades y en posición de retroceso. Ahora aparcar el coche es muchísimo más sencillo, pues la palanca cuenta con cinco elementos comunes: drive, neutro, reversa, parking y manual. Parking, o parqueo, sirve para bloquear los engranajes, evitando que las ruedas puedan girar y permitiendo que tu vehículo se estacione de forma rápida. R, o retroceso, te permite ir hacia atrás, claro está. Si te detienes durante un par de segundos, lo mejor será colocar la posición N o neutro. Finalmente, drive, o conducir, demarcado con la letra D, te permite ir hacia adelante con tu coche automático. Tan sencillo como eso.

Chica prestando atención al conducir.

Presta atención en todo momento

No es necesario entender cómo funciona una caja de cambios para saber que ser un buen conductor implica mucho más que saber cómo mover un coche. Este consejo aplica tanto para vehículos automáticos como para vehículos sincrónicos, claro está. Los ojos siempre deben permanecer en la vía, los retrovisores deben estar colocados de forma tal que aumenten tu campo de visión y tu velocidad siempre debe respetar la velocidad reglamentaria de la vía donde te desplaces. ¡No sobre-exijas tu vehículo! Conducir automático no requiere de un nivel tan alto de intervención humana directa en el mecanismo vehicular como sí lo exige un coche manual. Recuerda que debes ser consciente de tu coche, de ti mismo y de todos los que te rodean.

Imagen de coche automático en carretera.

La práctica hace al maestro

Es cierto que existen un montón de conceptos teóricos que debes aprender para poder conducir de forma adecuada, pero al fin y al cabo, el verdadero talento de un conductor se desarrolla gracias a la práctica. Hay tantos escenarios que pueden ocurrir durante la cotidianidad que es imposible crear una guía paso a paso para sortear cada uno de ellos. Una vez tengas tu licencia de conducir gracias a los conocimientos adquiridos en nuestra autoescuela, deberás hacer uso de tu coche lo más seguido posible para comprender a qué nos referimos.

Aunque los vehículos tienen el mismo propósito, la mayoría de ellos son distintos entre sí. Por supuesto, un buen conductor debe saber usar cualquier tipo de coche sin importar la marca o el tamaño, pero sin duda alguna conducir más veces con el mismo automóvil va a mejorar en gran medida tus habilidades. Afortunadamente, un coche automático facilita enormemente todo lo que implica conducir como se debe.

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